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Santos del día

17 de noviembre de 2024

  1. Memoria de santa Isabel de Hungría, que, siendo casi una niña, se casó con Luis, landgrave de Turingia, a quien dio tres hijos, y al quedar viuda, después de sufrir muchas calamidades y siempre inclinada a la meditación de las cosas celestiales, se retiró a Marburgo, en un hospital que ella misma había fundado, donde, abrazándose a la pobreza, se dedicó al cuidado de los enfermos y de los pobres hasta el último suspiro de su vida, que fue a los veinticinco años de edad (1231).
  2. En Neocesarea, del Ponto, san Gregorio, obispo, que, siendo aún adolescente, abrazó la fe cristiana, fue progresando en las ciencias divinas y humanas, y, ordenado obispo, brilló por su doctrina, virtudes y trabajos apostólicos. Por los incontables milagros que realizó, se le llamó «Taumaturgo» (270).
  3. En Cesarea de Palestina, santos Alfeo y Zaqueo, mártires, que por confesar con todas sus fuerzas a Dios y a Jesucristo Rey, después de muchos tormentos fueron condenados a muerte, en el primer año de la persecución ordenada por el emperador Diocleciano (303).
  4. En Córdoba, en la provincia hispánica de la Bética, san Acisclo, mártir (s. IV).
  5. En Orléans, de la Galia Lugdunense, san Aniano, obispo, que, confiando sólo en Dios, cuyo auxilio no cesaba de pedir con oraciones y lágrimas, liberó a su ciudad, asediada por los hunos (c. 453).
  6. * En Vienne, de la Burgundia, san Namacio, obispo, que desempeñó rectamente los mimos oficios civiles que rigió y honró la sede episcopal (599).
  7. En Tours, de Neustria, san Gregorio, obispo, sucesor de san Eufronio, que escribió en lenguaje claro y sencillo la historia de los francos (594).
  8. * En Whitby, de Northumbria, santa Hilda, abadesa, la cual, después de abrazar la fe y recibir los sacramentos de Cristo, puesta al frente de su monasterio, tanto se entregó a la formación de los monjes y monjas en la vida regular, al mantenimiento de la paz y la armonía, al trabajo y a la lectura de las divinas Escrituras, que parecía realizar en la tierra tareas celestiales (680).
  9. * En Remüs, de la Recia, san Florino, presbítero, fielmente dedicado a la cura parroquial (856).
  10. En Constantinopla, san Lázaro, monje, nacido en Armenia, que insigne en la pintura artística de imágenes sagradas, al negarse a destruir sus obras por orden del emperador iconoclasta Teófilo, fue atormentado con crueles suplicios, pero después, apaciguadas las controversias sobre el debido culto a las imágenes, el emperador Miguel III le envió a Roma para afianzar la concordia y unidad de toda la Iglesia (c. 867).
  11. En Noaria, de Sicilia, san Hugo, abad, que, enviado por san Bernardo de Claraval, estableció la Orden cisterciense allí mismo y en Calabria (1172).
  12. En Lincoln, en Inglaterra, san Hugo, obispo, que era monje cartujo cuando fue llamado a regir la iglesia de esta ciudad, donde realizó un trabajo excelente, lo mismo en la defensa de las libertades de la Iglesia que en arrancar a los judíos de las manos de sus enemigos (1200).
  13. * En Cracovia, de Polonia, beata Salomé, reina de Halicz (Galitzia), que, fallecido su esposo, el rey Colomán, profesó la Regla de las clarisas y desempeñó santamente el cargo de abadesa en un monasterio fundado por ella misma (1268).
  14. En Helfta, cerca de Eisleben, en Sajonia, día de la muerte de santa Gertrudis, virgen, cuya memoria se celebra el día anterior (1301/1302).
  15. En Asunción, del Paraguay, san Juan del Castillo, presbítero de la Compañía de Jesús y mártir, que en el poblado de las reducciones fundado en el mismo año por san Roque González y encomendado a sus cuidados, por mandato de un individuo aficionado a artes mágicas, fue maltratado con crueles suplicios y finalmente apedreado, muriendo por Cristo (1628).
  16. En Nagasaki, del Japón, santos Jordán (Jacinto) Ansalone y Tomás Hioji Rokusayemon Nishi, presbíteros dominicos y mártires. El primero trabajó denodadamente por el Evangelio en las islas Filipinas, antes de pasar al Japón, y el segundo en la isla de Formosa, aunque después, en sus últimos años y en su misma patria, fue incansable propagador de la fe en la región de Nagasaki, hasta que ambos, con ánimo invicto, por orden del gobernador Tokugawa Iemitsu, durante siete días fueron sometidos a los crueles tormentos de la horca y de la hoya, hasta entregar su vida (1634).
  17. * En el mar ante la ciudad de Rochefort, en Francia, beato Lope Sebastián Hunot, presbítero de Sens y mártir, que durante la Revolución Francesa, por su condición de sacerdote, fue arrojado a una vieja nave allí anclada, donde padeció toda la dureza de la cautividad y completó el martirio víctima de las fiebres (1794).
  18. * En la localidad de Chapaivka, en el territorio de Kiev, en Ucrania, beato Josafat Kocylovsky, obispo de Przemyśl y mártir, que durante la opresión a su patria por un régimen enemigo de Dios, entregó su alma como fiel discípulo de Cristo (1947).