Santa Margarita de Escocia
Liturgia de las Horas: Memoria libre (Común de santas mujeres: para los santos que se distinguieron por el ejercicio de las obras de misericordia)
16 de noviembre de 2024
Nació en Hungría hacia el año 1046, mientras su padre vivía allí desterrado. Fue dada en matrimonio a Malcom III, rey de Escocia, del que tuvo ocho hijos. Vivió ejemplarmente como madre y como reina. Murió en Edimburgo el año 1093.
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Índice
Invitatorio
Oficio de lectura
Laudes
Hora tercia
Hora sexta
Hora nona
I Vísperas (Domingo XXXIII del tiempo ordinario)
Completas
InvitatorioLa primera oración del día se comienza con el Invitatorio. En el rezo comunitario, durante el Invitatorio todos permanecen de pie.
V.✠Todos hacen la señal de la cruz sobre la boca. Señor, abre mis labios.En el rezo comunitario, los versículos V. son dichos por el cantor.
R.Y mi boca proclamará tu alabanza.En el rezo comunitario, las respuestas R. son dichas por la asamblea.
Si las oraciones del día comienzan con las Laudes, es posible omitir la siguiente antífona y salmo, y saltar directamente al himno de Laudes.
En lugar de la siguiente antífona puede decirse .
Ant.Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santas.En el rezo comunitario, la antífona Ant. es dicha por el cantor y repetida por la asamblea; en el rezo individual no es necesario repetir la antífona.
En lugar del siguiente salmo puede decirse el , o .
Salmo 94
Invitación a la alabanza divina«Animaos unos a otros, día tras día, mientras perdura el “hoy”» (Hb 3, 13).
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Ant.Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santas.En el rezo comunitario, la antífona del Invitatorio se repite luego de cada estrofa del salmo; en el rezo individual, y en los demás salmos y cánticos del Oficio sólo es necesario decir la antífona al principio de cada salmo o cántico.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes.
Suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Ant.Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santas.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.
Ant.Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santas.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto:
cuando vuestros padres me pusieron a prueba,
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Ant.Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santas.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
“Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso.”»
Ant.Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
En lugar del siguiente salmo puede decirse el , o .
Salmo 99
Alegría de los que entran en el templo«Los redimidos deben entonar un canto de victoria» (S. Atanasio).
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con aclamaciones.
Ant.Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santas.En el rezo comunitario, la antífona del Invitatorio se repite luego de cada estrofa del salmo; en el rezo individual, y en los demás salmos y cánticos del Oficio sólo es necesario decir la antífona al principio de cada salmo o cántico.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
Ant.Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santas.
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:
Ant.Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santas.
«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.»
Ant.Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
En lugar del siguiente salmo puede decirse el , o .
Salmo 66
Que todos los pueblos alaben al Señor«Sabed que esta salvación de Dios ha sido enviada a los gentiles» (Hch 28, 28).
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
Ant.Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santas.En el rezo comunitario, la antífona del Invitatorio se repite luego de cada estrofa del salmo; en el rezo individual, y en los demás salmos y cánticos del Oficio sólo es necesario decir la antífona al principio de cada salmo o cántico.
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Ant.Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santas.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.
Ant.Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santas.
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Ant.Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santas.
La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe.
Ant.Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
En lugar del siguiente salmo puede decirse el , o .
Salmo 23
Entrada solemne de Dios en su templo«Las puertas del cielo se abren ante Cristo que como hombre sube al cielo» (S. Ireneo).
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos.
Ant.Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santas.En el rezo comunitario, la antífona del Invitatorio se repite luego de cada estrofa del salmo; en el rezo individual, y en los demás salmos y cánticos del Oficio sólo es necesario decir la antífona al principio de cada salmo o cántico.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
Ant.Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santas.
El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos
ni jura contra el prójimo en falso.
Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Ant.Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santas.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob.
Ant.Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santas.
¡Portones!, alzad los dinteles,
levantaos, puertas antiguas:
va a entrar el Rey de la gloria.
Ant.Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santas.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra.
Ant.Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santas.
¡Portones!, alzad los dinteles,
levantaos, puertas antiguas:
va a entrar el Rey de la gloria.
Ant.Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santas.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria.
Ant.Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santas.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición final de la antífona.
En lugar de la siguiente antífona puede decirse .
Ant.Aclamemos al Señor, en esta fiesta de santa Margarita de Escocia.En el rezo comunitario, la antífona Ant. es dicha por el cantor y repetida por la asamblea; en el rezo individual no es necesario repetir la antífona.
En lugar del siguiente salmo puede decirse el , o .
Salmo 94
Invitación a la alabanza divina«Animaos unos a otros, día tras día, mientras perdura el “hoy”» (Hb 3, 13).
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Ant.Aclamemos al Señor, en esta fiesta de santa Margarita de Escocia.En el rezo comunitario, la antífona del Invitatorio se repite luego de cada estrofa del salmo; en el rezo individual, y en los demás salmos y cánticos del Oficio sólo es necesario decir la antífona al principio de cada salmo o cántico.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes.
Suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Ant.Aclamemos al Señor, en esta fiesta de santa Margarita de Escocia.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.
Ant.Aclamemos al Señor, en esta fiesta de santa Margarita de Escocia.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto:
cuando vuestros padres me pusieron a prueba,
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Ant.Aclamemos al Señor, en esta fiesta de santa Margarita de Escocia.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
“Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso.”»
Ant.Aclamemos al Señor, en esta fiesta de santa Margarita de Escocia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
En lugar del siguiente salmo puede decirse el , o .
Salmo 99
Alegría de los que entran en el templo«Los redimidos deben entonar un canto de victoria» (S. Atanasio).
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con aclamaciones.
Ant.Aclamemos al Señor, en esta fiesta de santa Margarita de Escocia.En el rezo comunitario, la antífona del Invitatorio se repite luego de cada estrofa del salmo; en el rezo individual, y en los demás salmos y cánticos del Oficio sólo es necesario decir la antífona al principio de cada salmo o cántico.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
Ant.Aclamemos al Señor, en esta fiesta de santa Margarita de Escocia.
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:
Ant.Aclamemos al Señor, en esta fiesta de santa Margarita de Escocia.
«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.»
Ant.Aclamemos al Señor, en esta fiesta de santa Margarita de Escocia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
En lugar del siguiente salmo puede decirse el , o .
Salmo 66
Que todos los pueblos alaben al Señor«Sabed que esta salvación de Dios ha sido enviada a los gentiles» (Hch 28, 28).
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
Ant.Aclamemos al Señor, en esta fiesta de santa Margarita de Escocia.En el rezo comunitario, la antífona del Invitatorio se repite luego de cada estrofa del salmo; en el rezo individual, y en los demás salmos y cánticos del Oficio sólo es necesario decir la antífona al principio de cada salmo o cántico.
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Ant.Aclamemos al Señor, en esta fiesta de santa Margarita de Escocia.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.
Ant.Aclamemos al Señor, en esta fiesta de santa Margarita de Escocia.
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Ant.Aclamemos al Señor, en esta fiesta de santa Margarita de Escocia.
La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe.
Ant.Aclamemos al Señor, en esta fiesta de santa Margarita de Escocia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
En lugar del siguiente salmo puede decirse el , o .
Salmo 23
Entrada solemne de Dios en su templo«Las puertas del cielo se abren ante Cristo que como hombre sube al cielo» (S. Ireneo).
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos.
Ant.Aclamemos al Señor, en esta fiesta de santa Margarita de Escocia.En el rezo comunitario, la antífona del Invitatorio se repite luego de cada estrofa del salmo; en el rezo individual, y en los demás salmos y cánticos del Oficio sólo es necesario decir la antífona al principio de cada salmo o cántico.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
Ant.Aclamemos al Señor, en esta fiesta de santa Margarita de Escocia.
El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos
ni jura contra el prójimo en falso.
Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Ant.Aclamemos al Señor, en esta fiesta de santa Margarita de Escocia.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob.
Ant.Aclamemos al Señor, en esta fiesta de santa Margarita de Escocia.
¡Portones!, alzad los dinteles,
levantaos, puertas antiguas:
va a entrar el Rey de la gloria.
Ant.Aclamemos al Señor, en esta fiesta de santa Margarita de Escocia.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra.
Ant.Aclamemos al Señor, en esta fiesta de santa Margarita de Escocia.
¡Portones!, alzad los dinteles,
levantaos, puertas antiguas:
va a entrar el Rey de la gloria.
Ant.Aclamemos al Señor, en esta fiesta de santa Margarita de Escocia.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria.
Ant.Aclamemos al Señor, en esta fiesta de santa Margarita de Escocia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.Aclamemos al Señor, en esta fiesta de santa Margarita de Escocia.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición final de la antífona.
Si las oraciones del día comienzan con el Oficio de lectura, se salta al himno del Oficio de lectura; si en cambio comienzan con las Laudes, se salta al himno de Laudes.
Oficio de lecturaEl Oficio de lectura es una celebración litúrgica de la palabra de Dios. Puede celebrarse en cualquier momento del día, incluso como vigilia nocturna. Por ser una Hora principal debe dársele máxima prioridad.
✠Todos hacen la señal de la cruz, desde la frente hasta el pecho y desde el hombro izquierdo al derecho. Invocación inicialLa invocación inicial se omite cuando el Oficio de lectura se dice seguido del Invitatorio.En el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.
V.Dios mío, ven en mi auxilio.
R.Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
HimnoEl himno tiene por fin facilitar el comienzo de la oración.En el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.Si el Oficio de lectura se dice unido a otra Hora, en lugar de este himno puede decirse el de la referida Hora; en este caso también se omite el himno de la otra Hora.
Dichosa la mujer que ha conservado,
en su regazo, con amor materno,
la palabra del Hijo que ha engendrado
en la vida de fe y de amor pleno.
Dichosas sois vosotras, que en la vida
hicisteis de la fe vuestra entereza,
vuestra gracia en la Gracia fue asumida,
maravilla de Dios y de belleza.
Dichosas sois vosotras, que supisteis
ser hijas del amor que Dios os daba,
y así, en la fe, madres de muchos fuisteis,
fecunda plenitud que nunca acaba.
No dejéis de ser madres, en la gloria,
de los hombres que luchan con anhelo,
ante Dios vuestro amor haga memoria
de los hijos que esperan ir al cielo. Amén.
SalmodiaLa salmodia del Oficio de lectura consta de tres salmos o fragmentos de salmo.En el rezo comunitario los salmos se cantan o recitan bien sea en forma seguida (in directum), bien sea alternando los versos o estrofas entre dos coros o dos partes de la asamblea, o bien sea en forma responsorial.
Ant. 1.El Señor convoca cielo y tierra, para juzgar a su pueblo.
Salmo 49
La verdadera religiosidad«No he venido a abolir la ley, sino a darle plenitud» (Mt 5, 17).
I
El Dios de los dioses, el Señor, habla:
convoca la tierra de oriente a occidente.
Desde Sión, la hermosa, Dios resplandece:
viene nuestro Dios, y no callará.
Lo precede fuego voraz,
lo rodea tempestad violenta.
Desde lo alto convoca cielo y tierra,
para juzgar a su pueblo:
«Congregadme a mis fieles,
que sellaron mi pacto con un sacrificio.»
Proclame el cielo su justicia;
Dios en persona va a juzgar.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.El Señor convoca cielo y tierra, para juzgar a su pueblo.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
Ant. 2.Invócame el día del peligro y yo te libraré.
II
«Escucha, pueblo mío, que voy a hablarte;
Israel, voy a dar testimonio contra ti;
—yo, el Señor, tu Dios—.
No te reprocho tus sacrificios,
pues siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero no aceptaré un becerro de tu casa,
ni un cabrito de tus rebaños;
pues las fieras de la selva son mías,
y hay miles de bestias en mis montes;
conozco todos los pájaros del cielo,
tengo a mano cuanto se agita en los campos.
Si tuviera hambre, no te lo diría;
pues el orbe y cuanto lo llena es mío.
¿Comeré yo carne de toros,
beberé sangre de cabritos?
Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza,
cumple tus votos al Altísimo
e invócame el día del peligro:
yo te libraré, y tú me darás gloria.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.Invócame el día del peligro y yo te libraré.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
Ant. 3.El sacrificio de acción de gracias me honra.
III
Dios dice al pecador:
«¿Por qué recitas mis preceptos
y tienes siempre en la boca mi alianza,
tú que detestas mi enseñanza
y te echas a la espalda mis mandatos?
Cuando ves un ladrón, corres con él;
te mezclas con los adúlteros;
sueltas tu lengua para el mal,
tu boca urde el engaño;
te sientas a hablar contra tu hermano,
deshonras al hijo de tu madre;
esto haces, ¿y me voy a callar?
¿Crees que soy como tú?
Te acusaré, te lo echaré en cara.»
Atención los que olvidáis a Dios,
no sea que os destroce sin remedio.
El que me ofrece acción de gracias,
ése me honra;
al que sigue buen camino
le haré ver la salvación de Dios.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.El sacrificio de acción de gracias me honra.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
V.No dejamos de orar y pedir por vosotros.Este versículo sirve de transición entre la salmodia y la escucha de la palabra de Dios.
R.Que lleguéis al pleno conocimiento de la voluntad de Dios.
Primera lecturaCada día hay dos lecturas. La primera lectura es bíblica.
Del primer libro de los Macabeos 3, 1-26
Judas Macabeo
Cuando murió Matatías, le sucedió su hijo Judas, llamado Macabeo. Todos sus hermanos y los que habían seguido a su padre le ofrecieron apoyo y sostuvieron con entusiasmo la guerra de Israel.
Él dilató la gloria de su pueblo; como gigante revistió la coraza y se ciñó sus armas de guerra. Empeñó batallas, protegiendo al ejército con su espada, semejante al león en las hazañas, como cachorro que ruge sobre su presa. Persiguió a los impíos hasta sus rincones, dio a las llamas a los perturbadores de su pueblo. Por el miedo que les infundía, se apocaron los impíos, se sobresaltaron todos los que obraban la iniquidad; la liberación en su mano alcanzó feliz éxito.
Amargó a muchos reyes, regocijó a Jacob con sus hazañas: su recuerdo será eternamente bendecido. Recorrió las ciudades de Judá, exterminó de ellas a los impíos y apartó de Israel la cólera. Su nombre llegó a los confines de la tierra y reunió a los que estaban perdidos.
Apolonio reunió gentiles y un numeroso contingente de Samaria para llevar la guerra a Israel. Judas, al tener noticia de ello, salió a su encuentro, lo venció y lo mató. Muchos sucumbieron y los demás se dieron a la fuga. Recogido el botín, Judas tomó para sí la espada de Apolonio y en adelante entró siempre en combate con ella. Serón, capitán del ejército de Siria, al saber que Judas había congregado en torno suyo una multitud de fieles y gente de guerra, se dijo:
«Conseguiré un nombre y alcanzaré gloria en el reino atacando a Judas y a los suyos, que desprecian las órdenes del rey.»
Partió, pues, a su vez, y subió con él una potente tropa de impíos para ayudarlo a tomar venganza de los hijos de Israel. Cuando se aproximaba a la subida de Bet-Jorón, le salió al encuentro Judas con unos pocos hombres. Al ver éstos el ejército que se les venía encima, dijeron a Judas:
«¿Cómo podremos combatir, siendo tan pocos, con una multitud tan grande y tan fuerte? Además estamos extenuados por no haber comido hoy en todo el día.»
Judas respondió:
«Es fácil que una multitud caiga en manos de unos pocos. Al cielo le da lo mismo salvar con muchos que con pocos; que en la guerra no depende la victoria de la muchedumbre del ejército, sino de la fuerza que viene del cielo. Ellos vienen contra nosotros rebosando insolencia e impiedad con intención de destruirnos a nosotros, a nuestras mujeres y a nuestros hijos, y hacerse con nuestros despojos; nosotros, en cambio, combatimos por nuestras vidas y nuestras leyes; el Señor los quebrantará ante nosotros; no los temáis.»
Cuando acabó de hablar, se lanzó de improviso sobre los enemigos, y Serón y su ejército fueron derrotados ante él. Los persiguieron por la pendiente de Bet-Jorón hasta la llanura. Unos ochocientos sucumbieron y los restantes huyeron al país de los filisteos. Comenzaron a ser temidos Judas y sus hermanos y el espanto se apoderó de los gentiles circunvecinos. Su nombre llegó hasta el rey y en todos los pueblos se comentaban las batallas de Judas.
Responsorio 1M 3, 20. 22. 19. 21. 22El responsorio se dice como respuesta a la palabra de Dios.
R.Ellos vienen contra nosotros rebosando insolencia e impiedad; pero vosotros no los temáis: *En el rezo comunitario, la marca * separa la primera parte, dicho por el cantor, de la segunda parte, dicha por la asamblea. no depende la victoria de la muchedumbre del ejército, sino de la fuerza que viene del cielo.
V.Nosotros combatimos por nuestras vidas y nuestras leyes; el Señor los quebrantará ante nosotros.
R.No depende la victoria de la muchedumbre del ejército, sino de la fuerza que viene del cielo.
Segunda lecturaLa segunda lectura es hagiográfica, patrística o de escritores eclesiásticos.
De la Constitución pastoral Gáudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual, del Concilio Vaticano segundo
(Núm. 48)
Santidad del matrimonio y de la familia
El hombre y la mujer, que por el pacto conyugal ya no son dos, sino una sola carne, con la íntima unión de personas y de obras se ofrecen mutuamente ayuda y servicio, experimentando así y logrando más plenamente cada día el sentido de su propia unidad.
Esta íntima unión, por ser una donación mutua de dos personas, y el mismo bien de los hijos exigen la plena fidelidad de los esposos y urgen su indisoluble unidad. El auténtico amor conyugal es asumido por el amor divino y se rige y enriquece por la obra redentora de Cristo y por la acción salvífica de la Iglesia, para que los esposos sean eficazmente conducidos hacia Dios y se vean ayudados y confortados en su sublime papel de padre y madre. Por eso los esposos cristianos son robustecidos y como consagrados para los deberes y dignidad de su estado, gracias a este sacramento particular; en virtud del cual, cumpliendo su deber conyugal y familiar, imbuidos por el espíritu de Cristo, con el que toda su vida queda impregnada de fe, esperanza y caridad, se van acercando cada vez más hacia su propia perfección y mutua santificación, y así contribuyen conjuntamente a la glorificación de Dios.
De ahí que, cuando los padres preceden con su ejemplo y oración familiar, los hijos, e incluso cuantos conviven en la misma familia, encuentran más fácilmente el camino de la bondad, de la salvación y de la santidad. Los esposos, adornados de la dignidad y del deber de la paternidad y maternidad, habrán de cumplir entonces con diligencia su deber de educadores, sobre todo en el campo religioso, deber que les incumbe a ellos principalmente.
Los hijos, como miembros vivos de la familia, contribuyen a su manera a la santificación de sus padres, pues, con el sentimiento de su gratitud, con su amor filial y con su confianza, corresponderán a los beneficios recibidos de sus padres y, como buenos hijos, los asistirán en las adversidades y en la soledad de la vejez. El estado de viudez, cuando se acepta con ánimo valiente como una continuidad del amor conyugal, será honrado por todos. La familia comunicará generosamente con otras familias sus riquezas espirituales. Por consiguiente, la familia cristiana, al brotar del matrimonio, que es imagen y participación de la unión amorosa entre Cristo y la Iglesia, manifestará a todos la viva presencia del Salvador en el mundo, la auténtica naturaleza de la Iglesia, ya sea con el amor de los esposos, con su generosa fecundidad, con su unidad y fidelidad, ya sea también con la amable cooperación de todos los miembros de la familia.
Responsorio Pr 31, 30. 25. 31El responsorio se dice como respuesta a la palabra de Dios.
R.La mujer que teme al Señor merece alabanza; *En el rezo comunitario, la marca * separa la primera parte, dicho por el cantor, de la segunda parte, dicha por la asamblea. está vestida de fuerza y dignidad.
V.Cantadle por el éxito de su trabajo, que sus obras la alaben en la plaza.
R.Está vestida de fuerza y dignidad.
Si el Oficio de lectura se dice seguido de otra Hora, se omite la siguiente oración y la conclusión, y se salta, según el caso, a la salmodia de Laudes, salmodia de Tercia, salmodia de Sexta, salmodia de Nona o salmodia de Vísperas.
OraciónLa oración conclusiva cierra el rezo del Oficio de lectura.
Oremos.
Señor, Dios nuestro, que hiciste resplandecer en santa Margarita de Escocia una admirable caridad hacia los pobres, concédenos que, movidos por su ejemplo y apoyados por su intercesión, logremos también nosotros ser un reflejo de tu bondad para nuestros hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
ConclusiónEn el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.
V.Bendigamos al Señor.
R.Demos gracias a Dios.
Enlaces a las próximas Horas: Laudes, Tercia, Sexta, Nona, Vísperas y Completas.
LaudesLas Laudes están dirigidas y ordenadas a santificar la mañana. Habitualmente se celebran con la primera luz del día. Por ser una Hora principal debe dárseles máxima prioridad.
✠Todos hacen la señal de la cruz, desde la frente hasta el pecho y desde el hombro izquierdo al derecho. Invocación inicialLa invocación inicial se omite cuando las Laudes se dicen seguido del Invitatorio.En el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.
V.Dios mío, ven en mi auxilio.
R.Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
HimnoEl himno tiene por fin facilitar el comienzo de la oración.En el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.Si las Laudes se dicen unidas a otra Hora, en lugar de este himno puede decirse el de la referida Hora; en este caso también se omite el himno de la otra Hora.
Finísimo fue el lino con que ella
fue tejiendo, a lo largo de su vida,
esa historia de amor que la hace bella
a los ojos de Dios y bendecida.
Supo trenzar con tino los amores
del cielo y de la tierra, y santamente
hizo altar del telar de sus labores,
oración desgranada lentamente.
Flor virgen, florecida en amor santo,
llenó el hogar de paz y joven vida,
su dulce fortaleza fue su encanto,
la fuerza de su amor, la fe vivida.
Una escuela de fe fue su regazo,
todos fueron dichosos a su vera,
su muerte en el Señor fue un tierno abrazo,
su vida será eterna primavera. Amén.
SalmodiaLa salmodia de las Laudes consta de un salmo matutino, un cántico del antiguo Testamento y un salmo de alabanza.En el rezo comunitario los salmos se cantan o recitan bien sea en forma seguida (in directum), bien sea alternando los versos o estrofas entre dos coros o dos partes de la asamblea, o bien sea en forma responsorial.
Ant. 1.Es bueno tocar para tu nombre, oh Altísimo, y proclamar por la mañana tu misericordia.
Salmo 91
Alabanza a Dios que con sabiduría y justicia dirige la vida de los hombres«Este salmo canta las maravillas realizadas en Cristo» (S. Atanasio).
Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia
y de noche tu fidelidad,
con arpas de diez cuerdas y laúdes
sobre arpegios de cítaras.
Tus acciones, Señor, son mi alegría,
y mi júbilo, las obras de tus manos.
¡Qué magníficas son tus obras, Señor,
qué profundos tus designios!
El ignorante no los entiende
ni el necio se da cuenta.
Aunque germinen como hierba los malvados
y florezcan los malhechores,
serán destruidos para siempre.
Tú, en cambio, Señor,
eres excelso por los siglos.
Porque tus enemigos, Señor, perecerán,
los malhechores serán dispersados;
pero a mí me das la fuerza de un búfalo
y me unges con aceite nuevo.
Mis ojos no temerán a mis enemigos,
mis oídos escucharán su derrota.
El justo crecerá como una palmera
y se alzará como un cedro del Líbano:
plantado en la casa del Señor,
crecerá en los atrios de nuestro Dios;
en la vejez seguirá dando fruto
y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo,
que en mi Roca no existe la maldad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.Es bueno tocar para tu nombre, oh Altísimo, y proclamar por la mañana tu misericordia.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
Ant. 2.Os daré un corazón nuevo y os infundiré un espíritu nuevo.
Cántico Ez 36, 24-28
Dios renovará a su pueblo«Ellos serán su pueblo y Dios estará con ellos» (Ap 21, 3).
Os recogeré de entre las naciones,
os reuniré de todos los países,
y os llevaré a vuestra tierra.
Derramaré sobre vosotros un agua pura
que os purificará:
de todas vuestras inmundicias e idolatrías
os he de purificar;
y os daré un corazón nuevo,
y os infundiré un espíritu nuevo;
arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra,
y os daré un corazón de carne.
Os infundiré mi espíritu,
y haré que caminéis según mis preceptos,
y que guardéis y cumpláis mis mandatos.
Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres.
Vosotros seréis mi pueblo
y yo seré vuestro Dios.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.Os daré un corazón nuevo y os infundiré un espíritu nuevo.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
Ant. 3.De la boca de los niños de pecho, Señor, has sacado una alabanza.
Salmo 8
Majestad del Señor y dignidad del hombre«Todo lo puso bajo sus pies y lo dio a la Iglesia como cabeza, sobre todo» (Ef 1, 22).
Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre
en toda la tierra!
Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.
De la boca de los niños de pecho
has sacado una alabanza contra tus enemigos,
para reprimir al adversario y al rebelde.
Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos;
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él;
el ser humano, para darle poder?
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies:
rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por las aguas.
Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre
en toda la tierra!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.De la boca de los niños de pecho, Señor, has sacado una alabanza.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
Lectura breve Rm 12, 1-2La lectura breve está señalada de acuerdo con las características del día, del tiempo o de la fiesta. Hay libertad para reemplazar la lectura breve por una lectura bíblica más extensa, apropiada al caso. En la celebración con el pueblo puede añadirse una homilía ilustrativa de la lectura. También puede añadirse un espacio de silencio a continuación de la lectura o de la homilía.
Os exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable. Y no os ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que agrada, lo perfecto.
Responsorio breveComo respuesta a la palabra de Dios, se ofrece un canto responsorial o responsorio breve, que puede omitirse si se juzga oportuno.
V.Dios la socorre al despuntar la aurora.
R.Dios la socorre al despuntar la aurora.V.Teniendo a Dios en medio no vacila.
R.Al despuntar la aurora.V.Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R.Dios la socorre al despuntar la aurora.
Cántico evangélicoEl cántico evangélico expresa la alabanza y acción de gracias por la obra de la redención.En el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.
Ant.La señal por la que conocerán que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros.
✠Todos hacen la señal de la cruz, desde la frente hasta el pecho y desde el hombro izquierdo al derecho. Cántico de Zacarías Lc 1, 68-79
El Mesías y su precursor
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.La señal por la que conocerán que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
PrecesLas preces de Laudes son peticiones para consagrar el día y el trabajo a Dios. En el rezo comunitario, durante las preces todos se ponen de pie.
Unidos, hermanos, a las mujeres santas, aclamemos a Jesús, nuestro Salvador, y supliquémosle diciendo:
R.Ven, Señor Jesús.La respuesta R. se repite luego de cada petición.
Señor Jesús, que perdonaste a la mujer pecadora sus muchos pecados porque tenía mucho amor,
— perdónanos también a nosotros porque hemos pecado mucho. R.
Señor Jesús, que fuiste asistido en tu misión evangélica por mujeres piadosas,
— haz que también nosotros seamos fieles en nuestra misión apostólica. R.
Señor Jesús, a quien María escuchaba y Marta servía,
— concédenos servirte siempre con fe y amor. R.
Señor Jesús, que llamaste hermano, hermana y madre a todos los que cumplen tu voluntad,
— haz que todos nosotros la cumplamos siempre de palabra y de obra. R.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Fieles a la recomendación del Salvador, digamos al Padre común:
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
OraciónLa oración conclusiva cierra el rezo de las Laudes.
Señor, Dios nuestro, que hiciste resplandecer en santa Margarita de Escocia una admirable caridad hacia los pobres, concédenos que, movidos por su ejemplo y apoyados por su intercesión, logremos también nosotros ser un reflejo de tu bondad para nuestros hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
ConclusiónEn el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.
Si preside un obispo, un presbítero o un diácono, puede bendecir al pueblo con la bendición solemne:
V.El Señor esté con vosotros.
R.Y con tu espíritu.V.Que la paz de Dios, que sobrepasa todo anhelo y esfuerzo humano, custodie vuestro corazón y vuestra inteligencia en el amor y conocimiento de Dios y de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.
R.Amén.V.La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo ✠Todos hacen la señal de la cruz, desde la frente hasta el pecho y desde el hombro izquierdo al derecho. y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros.
R.Amén.
También puede bendecir al pueblo con la bendición común:
V.El Señor esté con vosotros.
R.Y con tu espíritu.V.La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo ✠Todos hacen la señal de la cruz, desde la frente hasta el pecho y desde el hombro izquierdo al derecho. y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros.
R.Amén.
Si se despide a la comunidad, se añade la invitación:
V.Podéis ir en paz.
R.Demos gracias a Dios.
En el rezo individual o en una celebración comunitaria presidida por un ministro no ordenado, se dice:
V.El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R.Amén.
Enlaces a las próximas Horas: Oficio de lectura, Tercia, Sexta, Nona y Vísperas.
Hora terciaLa Hora tercia está orientada a santificar la media mañana. Habitualmente se celebra entre las 9:00 y las 12:00.
✠Todos hacen la señal de la cruz, desde la frente hasta el pecho y desde el hombro izquierdo al derecho. Invocación inicialEn el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.
V.Dios mío, ven en mi auxilio.
R.Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
En lugar del siguiente himno puede decirse o .
HimnoEl himno tiene por fin facilitar el comienzo de la oración.En el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.Si la Hora tercia se dice unida a otra Hora, en lugar de este himno puede decirse el de la referida Hora; en este caso también se omite el himno de la otra Hora.
Ven, Espíritu Santo, luz y gozo,
Amor, que en tus incendios nos abrasas:
renueva el alma de este pueblo tuyo
que por mis labios canta tu alabanza.
En sus fatigas diarias, sé descanso;
en su lucha tenaz, vigor y gracia:
haz germinar la caridad del Padre,
que engendra flores y que quema zarzas.
Ven, Amor, que iluminas el camino,
compañero divino de las almas:
ven con tu viento a sacudir al mundo
y a abrir nuevos senderos de esperanza. Amén.
En lugar del siguiente himno puede decirse o .
HimnoEl himno tiene por fin facilitar el comienzo de la oración.En el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.Si la Hora tercia se dice unida a otra Hora, en lugar de este himno puede decirse el de la referida Hora; en este caso también se omite el himno de la otra Hora.
Ven del seno de Dios, oh Santo Espíritu,
a visitar las mentes de tus fieles;
y haz que los corazones que creaste
se llenen con tus dádivas celestes.
Ilumine tu luz nuestros sentidos,
encienda el fuego de tu amor los pechos;
Espíritu de Cristo, fortalece
este barro mortal de nuestros corazones.
Danos, Amor, tu amor y la alegría
de conocer al Padre y a su Hijo,
de poseerte a ti que eres de entreambos
eternamente el inefable Espíritu. Amén.
En lugar del siguiente himno puede decirse o .
HimnoEl himno tiene por fin facilitar el comienzo de la oración.En el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.Si la Hora tercia se dice unida a otra Hora, en lugar de este himno puede decirse el de la referida Hora; en este caso también se omite el himno de la otra Hora.
El trabajo, Señor, de cada día
nos sea por tu amor santificado,
convierte su dolor en alegría
de amor, que para dar tú nos has dado.
Paciente y larga es nuestra tarea
en la noche oscura del amor que espera;
dulce huésped del alma, al que flaquea
dale tu luz, tu fuerza que aligera.
En el alto gozoso del camino,
demos gracias a Dios, que nos concede
la esperanza sin fin del don divino;
todo lo puede en él quien nada puede. Amén.
SalmodiaLa salmodia de la Hora tercia consta de tres salmos o fragmentos de salmo.En el rezo comunitario los salmos se cantan o recitan bien sea en forma seguida (in directum), bien sea alternando los versos o estrofas entre dos coros o dos partes de la asamblea, o bien sea en forma responsorial.
Cuando se celebra sólo una Hora intermedia (tercia, sexta o nona), se dice la salmodia habitual a continuación. Cuando se celebran las tres Horas intermedias, en lugar de la salmodia habitual a continuación también puede decirse , cuidando de que se diga la salmodia habitual para una Hora intermedia y las salmodias complementarias para las Horas restantes.
Ant. 1.Que tu mano, Señor, me auxilie, ya que prefiero tus decretos.
Salmo 118, 169-176
Que llegue mi clamor a tu Presencia,
Señor, con tus palabras dame inteligencia;
que mi súplica entre en tu presencia,
líbrame según tu promesa;
de mis labios brota la alabanza,
porque me enseñaste tus leyes.
Mi lengua canta tu fidelidad,
porque todos tus preceptos son justos;
que tu mano me auxilie,
ya que prefiero tus decretos;
ansío tu salvación, Señor;
tu voluntad es mi delicia.
Que mi alma viva para alabarte,
que tus mandamientos me auxilien;
me extravié como oveja perdida:
busca a tu siervo, que no olvida tus mandatos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.Que tu mano, Señor, me auxilie, ya que prefiero tus decretos.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
Ant. 2.Tu trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre.
Salmo 44
Las nupcias del rey«¡Llega el esposo, salid a recibirlo!» (Mt 25, 6).
I
Me brota del corazón un poema bello,
recito mis versos a un rey;
mi lengua es ágil pluma de escribano.
Eres el más bello de los hombres,
en tus labios se derrama la gracia,
el Señor te bendice eternamente.
Cíñete al flanco la espada, valiente:
es tu gala y tu orgullo;
cabalga victorioso por la verdad y la justicia,
tu diestra te enseñe a realizar proezas.
Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden,
se acobardan los enemigos del rey.
Tu trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre;
cetro de rectitud es tu cetro real;
has amado la justicia y odiado la impiedad:
por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido
con aceite de júbilo entre todos tus compañeros.
A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,
desde los palacios de marfiles te deleitan las arpas.
Hijas de reyes salen a tu encuentro,
de pie a tu derecha está la reina
enjoyada con oro de Ofir.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.Tu trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
Ant. 3.Vi la nueva Jerusalén, arreglada como una novia que se adorna para su esposo.
II
Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna:
prendado está el rey de tu belleza,
póstrate ante él, que él es tu señor.
La ciudad de Tiro viene con regalos,
los pueblos más ricos buscan tu favor.
Ya entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,
la siguen sus compañeras:
las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.
«A cambio de tus padres tendrás hijos,
que nombrarás príncipes por toda la tierra.»
Quiero hacer memorable tu nombre
por generaciones y generaciones,
y los pueblos te alabarán
por los siglos de los siglos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.Vi la nueva Jerusalén, arreglada como una novia que se adorna para su esposo.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
Cuando se celebra sólo una Hora intermedia (tercia, sexta o nona), en lugar de la salmodia complementaria a continuación, se dice . Cuando se celebran las tres Horas intermedias, en lugar de la salmodia complementaria a continuación también puede decirse , cuidando de que se diga la salmodia habitual para una Hora intermedia y las salmodias complementarias para las Horas restantes.
Ant. 1.Llamé, y él me respondió.
Salmo 119
Deseo de la paz«Estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración» (Rm 12, 12).
En mi aflicción llamé al Señor,
y él me respondió.
Líbrame, Señor, de los labios mentirosos,
de la lengua traidora.
¿Qué te va a dar o a mandar Dios,
lengua traidora?
Flechas de arquero,
afiladas con ascuas de retama.
¡Ay de mí, desterrado en Masac,
acampado en Cadar!
Demasiado llevo viviendo
con los que odian la paz;
cuando yo digo: «Paz»,
ellos dicen: «Guerra».
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.Llamé, y él me respondió.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
Ant. 2.El Señor guarda tus entradas y salidas.
Salmo 120
El guardián del pueblo«No tendrán hambre ni sed; no les molestará el sol ni calor alguno» (Ap 7, 16).
Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel.
El Señor te guarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche.
El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.El Señor guarda tus entradas y salidas.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
Ant. 3.Me he alegrado por lo que me dijeron.
Salmo 121
La ciudad santa de Jerusalén«Os habéis acercado al monte de Sión, ciudad del Dios vivo, Jerusalén del cielo» (Hb 12, 22).
¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.
Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia
en el palacio de David.
Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios.»
Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo.»
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.Me he alegrado por lo que me dijeron.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
Lectura breve Dn 6, 26b-27La lectura breve está señalada de acuerdo con las características del día, del tiempo o de la fiesta. Hay libertad para reemplazar la lectura breve por una lectura bíblica más extensa, apropiada al caso. En la celebración con el pueblo puede añadirse una homilía ilustrativa de la lectura. También puede añadirse un espacio de silencio a continuación de la lectura o de la homilía.
Teman y tiemblen ante Dios: Él es el Dios vivo que subsiste por siempre, su reino no será destruido y su imperio durará hasta el fin. El que salva y libera obra señales y milagros.
V.Rendíos, reconoced que yo soy Dios.
R.Más alto que los pueblos, más alto que la tierra.
OraciónLa oración conclusiva cierra el rezo de la Hora tercia.
Oremos.
Señor Dios, Padre todopoderoso, infúndenos la luz del Espíritu Santo para que, libres de toda adversidad, podamos alegrarnos siempre en tu alabanza. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
ConclusiónEn el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.
V.Bendigamos al Señor.
R.Demos gracias a Dios.
Enlaces a las próximas Horas: Oficio de lectura, Sexta, Nona y Vísperas.
Hora sextaLa Hora sexta está orientada a santificar el medio día. Habitualmente se celebra entre las 12:00 y las 15:00.
✠Todos hacen la señal de la cruz, desde la frente hasta el pecho y desde el hombro izquierdo al derecho. Invocación inicialEn el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.
V.Dios mío, ven en mi auxilio.
R.Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
En lugar del siguiente himno puede decirse o .
HimnoEl himno tiene por fin facilitar el comienzo de la oración.En el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.Si la Hora sexta se dice unida a otra Hora, en lugar de este himno puede decirse el de la referida Hora; en este caso también se omite el himno de la otra Hora.
Te está cantando el martillo
y rueda en tu honor la rueda.
Puede que la luz no pueda
librar del humo su brillo.
¡Qué sudoroso y sencillo
te pones a mediodía,
Dios de esta dura porfía
de estar sin pausa creando,
y verte necesitando
del hombre más cada día!
Quien diga que Dios ha muerto
que salga a la luz y vea
si el mundo es o no tarea
de un Dios que sigue despierto.
Ya no es su sitio el desierto
ni en la montaña se esconde;
decid, si preguntan dónde,
que Dios está —sin mortaja—
en donde un hombre trabaja
y un corazón le responde. Amén.
En lugar del siguiente himno puede decirse o .
HimnoEl himno tiene por fin facilitar el comienzo de la oración.En el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.Si la Hora sexta se dice unida a otra Hora, en lugar de este himno puede decirse el de la referida Hora; en este caso también se omite el himno de la otra Hora.
El pan de cada día
dánoslo hoy, Señor, a manos llenas;
convierte en alegría
nuestras labores buenas
y acaricia el dolor de nuestras penas.
¡Horas de tedio largas
sin la presencia buena de tus manos!
¡Ay, las horas amargas
nos veulven inhumanos,
si no abrimos el alma a los hermanos!
Santifica el momento
de este ruido tenaz, de esta fatiga.
Busquemos el aliento
de tu presencia amiga
que acreciente el esfuerzo y nos bendiga. Amén.
En lugar del siguiente himno puede decirse o .
HimnoEl himno tiene por fin facilitar el comienzo de la oración.En el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.Si la Hora sexta se dice unida a otra Hora, en lugar de este himno puede decirse el de la referida Hora; en este caso también se omite el himno de la otra Hora.
Este mundo del hombre, en que él se afana
tras la felicidad que tanto ansía,
tú lo vistes, Señor, de luz temprana
y de radiante sol al mediodía.
Así el poder de tu presencia encierra
el secreto más hondo de esta vida;
un nuevo cielo y una nueva tierra
colmarán nuestro anhelo sin medida.
Poderoso Señor de nuestra historia,
no tardes en venir gloriosamente;
tu luz resplandeciente y tu victoria
inunden nuestra vida eternamente. Amén.
SalmodiaLa salmodia de la Hora sexta consta de tres salmos o fragmentos de salmo.En el rezo comunitario los salmos se cantan o recitan bien sea en forma seguida (in directum), bien sea alternando los versos o estrofas entre dos coros o dos partes de la asamblea, o bien sea en forma responsorial.
Cuando se celebra sólo una Hora intermedia (tercia, sexta o nona), se dice la salmodia habitual a continuación. Cuando se celebran las tres Horas intermedias, en lugar de la salmodia habitual a continuación también puede decirse , cuidando de que se diga la salmodia habitual para una Hora intermedia y las salmodias complementarias para las Horas restantes.
Ant. 1.Que tu mano, Señor, me auxilie, ya que prefiero tus decretos.
Salmo 118, 169-176
Que llegue mi clamor a tu Presencia,
Señor, con tus palabras dame inteligencia;
que mi súplica entre en tu presencia,
líbrame según tu promesa;
de mis labios brota la alabanza,
porque me enseñaste tus leyes.
Mi lengua canta tu fidelidad,
porque todos tus preceptos son justos;
que tu mano me auxilie,
ya que prefiero tus decretos;
ansío tu salvación, Señor;
tu voluntad es mi delicia.
Que mi alma viva para alabarte,
que tus mandamientos me auxilien;
me extravié como oveja perdida:
busca a tu siervo, que no olvida tus mandatos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.Que tu mano, Señor, me auxilie, ya que prefiero tus decretos.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
Ant. 2.Tu trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre.
Salmo 44
Las nupcias del rey«¡Llega el esposo, salid a recibirlo!» (Mt 25, 6).
I
Me brota del corazón un poema bello,
recito mis versos a un rey;
mi lengua es ágil pluma de escribano.
Eres el más bello de los hombres,
en tus labios se derrama la gracia,
el Señor te bendice eternamente.
Cíñete al flanco la espada, valiente:
es tu gala y tu orgullo;
cabalga victorioso por la verdad y la justicia,
tu diestra te enseñe a realizar proezas.
Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden,
se acobardan los enemigos del rey.
Tu trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre;
cetro de rectitud es tu cetro real;
has amado la justicia y odiado la impiedad:
por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido
con aceite de júbilo entre todos tus compañeros.
A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,
desde los palacios de marfiles te deleitan las arpas.
Hijas de reyes salen a tu encuentro,
de pie a tu derecha está la reina
enjoyada con oro de Ofir.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.Tu trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
Ant. 3.Vi la nueva Jerusalén, arreglada como una novia que se adorna para su esposo.
II
Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna:
prendado está el rey de tu belleza,
póstrate ante él, que él es tu señor.
La ciudad de Tiro viene con regalos,
los pueblos más ricos buscan tu favor.
Ya entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,
la siguen sus compañeras:
las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.
«A cambio de tus padres tendrás hijos,
que nombrarás príncipes por toda la tierra.»
Quiero hacer memorable tu nombre
por generaciones y generaciones,
y los pueblos te alabarán
por los siglos de los siglos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.Vi la nueva Jerusalén, arreglada como una novia que se adorna para su esposo.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
Cuando se celebra sólo una Hora intermedia (tercia, sexta o nona), en lugar de la salmodia complementaria a continuación, se dice . Cuando se celebran las tres Horas intermedias, en lugar de la salmodia complementaria a continuación también puede decirse , cuidando de que se diga la salmodia habitual para una Hora intermedia y las salmodias complementarias para las Horas restantes.
Ant. 1.Tú que habitas en el cielo, ten misericordia de nosotros.
Salmo 122
El Señor, esperanza del pueblo«Dos ciegos… se pusieron a gritar: “Señor, ten compasión de nosotros, Hijo de David”» (Mt 20, 30).
A ti levanto mis ojos,
a ti que habitas en el cielo.
Como están los ojos de los esclavos
fijos en las manos de sus señores,
como están los ojos de la esclava
fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos
en el Señor, Dios nuestro,
esperando su misericordia.
Misericordia, Señor, misericordia,
que estamos saciados de desprecios;
nuestra alma está saciada
del sarcasmo de los satisfechos,
del desprecio de los orgullosos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.Tú que habitas en el cielo, ten misericordia de nosotros.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
Ant. 2.Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
Salmo 123
Nuestro auxilio es el nombre del Señor«El Señor dijo a Pablo: «No temas… que yo estoy contigo» (Hch 18, 9-10).
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte
—que lo diga Israel—,
si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres,
nos habrían tragado vivos:
tanto ardía su ira contra nosotros.
Nos habrían arrollado las aguas,
llegándonos el torrente hasta el cuello;
nos habrían llegado hasta el cuello
las aguas espumantes.
Bendito el Señor, que no nos entregó
como presa a sus dientes;
hemos salvado la vida como un pájaro
de la trampa del cazador:
la trampa se rompió y escapamos.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.Nuestro auxilio es el nombre del Señor.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
Ant. 3.El Señor rodea a su pueblo ahora y por siempre.
Salmo 124
El Señor vela por su pueblo«La paz de Dios sobre Israel» (Ga 6, 16).
Los que confían en el Señor son como el monte Sión:
no tiembla, está asentado para siempre.
Jerusalén está rodeada de montañas,
y el Señor rodea a su pueblo
ahora y por siempre.
No pesará el cetro de los malvados
sobre el lote de los justos,
no sea que los justos extiendan
su mano a la maldad.
Señor, concede bienes a los buenos,
a los sinceros de corazón;
y a los que se desvían por sendas tortuosas,
que los rechace el Señor con los malhechores.
¡Paz a Israel!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.El Señor rodea a su pueblo ahora y por siempre.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
Lectura breve Rm 15, 5-7La lectura breve está señalada de acuerdo con las características del día, del tiempo o de la fiesta. Hay libertad para reemplazar la lectura breve por una lectura bíblica más extensa, apropiada al caso. En la celebración con el pueblo puede añadirse una homilía ilustrativa de la lectura. También puede añadirse un espacio de silencio a continuación de la lectura o de la homilía.
El Dios que es fuente de esa paciencia y de ese ánimo os conceda tener un mismo sentir entre vosotros según la mente de Cristo Jesús. Así con un mismo corazón y una misma boca daréis gloria al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Por eso acogeos amigablemente unos a otros, como Cristo os acogió para gloria de Dios.
V.El Señor ama a su pueblo.
R.Y adorna con la victoria a los humildes.
OraciónLa oración conclusiva cierra el rezo de la Hora sexta.
Oremos.
Señor, fuego ardiente de amor eterno, haz que, inflamados en tu amor, te amemos a ti sobre todas las cosas y a nuestro prójimo por amor tuyo. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
ConclusiónEn el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.
V.Bendigamos al Señor.
R.Demos gracias a Dios.
Enlaces a las próximas Horas: Oficio de lectura, Nona y Vísperas.
Hora nonaLa Hora nona está orientada a santificar la media tarde. Habitualmente se celebra entre las 15:00 y las 18:00.
✠Todos hacen la señal de la cruz, desde la frente hasta el pecho y desde el hombro izquierdo al derecho. Invocación inicialEn el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.
V.Dios mío, ven en mi auxilio.
R.Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
En lugar del siguiente himno puede decirse o .
HimnoEl himno tiene por fin facilitar el comienzo de la oración.En el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.Si la Hora nona se dice unida a otra Hora, en lugar de este himno puede decirse el de la referida Hora; en este caso también se omite el himno de la otra Hora.
Fundamento de todo lo que existe,
de tu pueblo elegido eterna roca,
de los tiempos Señor, que prometiste
dar tu vigor al que con fe te invoca.
Mira al hombre que es fiel y no te olvida,
tu Espíritu, tu paz háganlo fuerte
para amarte y servirte en esta vida
y gozarte después de santa muerte.
Jesús, Hijo del Padre, ven aprisa
en este atardecer que se avecina,
serena claridad y dulce brisa
será tu amor que todo lo domina. Amén.
En lugar del siguiente himno puede decirse o .
HimnoEl himno tiene por fin facilitar el comienzo de la oración.En el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.Si la Hora nona se dice unida a otra Hora, en lugar de este himno puede decirse el de la referida Hora; en este caso también se omite el himno de la otra Hora.
Oh Jesús, que en tu cruz has demostrado
tu gran amor, tu gran misericordia,
y tu fuerza nos das para seguirte
por el mismo camino hacia la gloria.
Que fielmente cumplamos en tu Iglesia
nuestra parte en tu obra salvadora,
y, al llegar a la tarde de la vida,
en gozo eterno el Padre nos acoja.
Gracias, Padre, a ti porque nos llamas,
a Jesús, que en su sangre nos redime,
y al Espíritu Santo, luz y guía
de este pueblo que al cielo se dirige. Amén.
En lugar del siguiente himno puede decirse o .
HimnoEl himno tiene por fin facilitar el comienzo de la oración.En el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.Si la Hora nona se dice unida a otra Hora, en lugar de este himno puede decirse el de la referida Hora; en este caso también se omite el himno de la otra Hora.
Danos, Señor, la firme voluntad,
compañera y sostén de la virtud,
que sabe en la fatiga hallar quietud
y en medio de las sombras claridad:
La que trueca en tesón la veleidad,
y el ocio en perennal solicitud,
y las ásperas fiebres en salud
y los torpes engaños en verdad.
Y así conseguirá mi corazón
que los favores que a tu amor debí
le ofrezcan algún fruto en galardón.
Y aún tú, Señor, conseguirás así
que no llegue a romper mi confusión
la imagen tuya que pusiste en mí. Amén.
SalmodiaLa salmodia de la Hora nona consta de tres salmos o fragmentos de salmo.En el rezo comunitario los salmos se cantan o recitan bien sea en forma seguida (in directum), bien sea alternando los versos o estrofas entre dos coros o dos partes de la asamblea, o bien sea en forma responsorial.
Cuando se celebra sólo una Hora intermedia (tercia, sexta o nona), se dice la salmodia habitual a continuación. Cuando se celebran las tres Horas intermedias, en lugar de la salmodia habitual a continuación también puede decirse , cuidando de que se diga la salmodia habitual para una Hora intermedia y las salmodias complementarias para las Horas restantes.
Ant. 1.Que tu mano, Señor, me auxilie, ya que prefiero tus decretos.
Salmo 118, 169-176
Que llegue mi clamor a tu Presencia,
Señor, con tus palabras dame inteligencia;
que mi súplica entre en tu presencia,
líbrame según tu promesa;
de mis labios brota la alabanza,
porque me enseñaste tus leyes.
Mi lengua canta tu fidelidad,
porque todos tus preceptos son justos;
que tu mano me auxilie,
ya que prefiero tus decretos;
ansío tu salvación, Señor;
tu voluntad es mi delicia.
Que mi alma viva para alabarte,
que tus mandamientos me auxilien;
me extravié como oveja perdida:
busca a tu siervo, que no olvida tus mandatos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.Que tu mano, Señor, me auxilie, ya que prefiero tus decretos.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
Ant. 2.Tu trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre.
Salmo 44
Las nupcias del rey«¡Llega el esposo, salid a recibirlo!» (Mt 25, 6).
I
Me brota del corazón un poema bello,
recito mis versos a un rey;
mi lengua es ágil pluma de escribano.
Eres el más bello de los hombres,
en tus labios se derrama la gracia,
el Señor te bendice eternamente.
Cíñete al flanco la espada, valiente:
es tu gala y tu orgullo;
cabalga victorioso por la verdad y la justicia,
tu diestra te enseñe a realizar proezas.
Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden,
se acobardan los enemigos del rey.
Tu trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre;
cetro de rectitud es tu cetro real;
has amado la justicia y odiado la impiedad:
por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido
con aceite de júbilo entre todos tus compañeros.
A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,
desde los palacios de marfiles te deleitan las arpas.
Hijas de reyes salen a tu encuentro,
de pie a tu derecha está la reina
enjoyada con oro de Ofir.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.Tu trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
Ant. 3.Vi la nueva Jerusalén, arreglada como una novia que se adorna para su esposo.
II
Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna:
prendado está el rey de tu belleza,
póstrate ante él, que él es tu señor.
La ciudad de Tiro viene con regalos,
los pueblos más ricos buscan tu favor.
Ya entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,
la siguen sus compañeras:
las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.
«A cambio de tus padres tendrás hijos,
que nombrarás príncipes por toda la tierra.»
Quiero hacer memorable tu nombre
por generaciones y generaciones,
y los pueblos te alabarán
por los siglos de los siglos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.Vi la nueva Jerusalén, arreglada como una novia que se adorna para su esposo.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
Cuando se celebra sólo una Hora intermedia (tercia, sexta o nona), en lugar de la salmodia complementaria a continuación, se dice . Cuando se celebran las tres Horas intermedias, en lugar de la salmodia complementaria a continuación también puede decirse , cuidando de que se diga la salmodia habitual para una Hora intermedia y las salmodias complementarias para las Horas restantes.
Ant. 1.El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.
Salmo 125
Dios, alegría y esperanza nuestra«Como participáis en el sufrimiento, también participáis en el consuelo» (2Co 1, 7).
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
Al ir, iban llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
Ant. 2.El Señor nos construya la casa y nos guarde la ciudad.
Salmo 126
El esfuerzo humano es inútil sin Dios«Sois edificación de Dios» (1Co 3, 9).
Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.
Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
los que coméis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!
La herencia que da el Señor son los hijos;
una recompensa es el fruto de las entrañas:
son saetas en mano de un guerrero
los hijos de la juventud.
Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.El Señor nos construya la casa y nos guarde la ciudad.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
Ant. 3.Dichoso el que teme al Señor. ▶Cuando la antífona coincide con los primeros versos de un salmo o cántico, el salmo o cántico se comienza en la marca ▶.
Salmo 127
Paz doméstica en el hogar del justo«“Que el Señor te bendiga desde Sión”, es decir, desde su Iglesia» (Arnobio).
¡Dichoso el que teme al Señor
▶ y sigue sus caminos!
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien;
tu mujer, como una vid fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa:
ésta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida;
que veas a los hijos de tus hijos.
¡Paz a Israel!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.Dichoso el que teme al Señor.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
Lectura breve Flp 4, 8. 9bLa lectura breve está señalada de acuerdo con las características del día, del tiempo o de la fiesta. Hay libertad para reemplazar la lectura breve por una lectura bíblica más extensa, apropiada al caso. En la celebración con el pueblo puede añadirse una homilía ilustrativa de la lectura. También puede añadirse un espacio de silencio a continuación de la lectura o de la homilía.
Todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, tenedlo en cuenta, hermanos. Y el Dios de la paz estará con vosotros.
V.Te ensalzaré, Dios mío, mi rey.
R.Bendeciré tu nombre por siempre jamás.
OraciónLa oración conclusiva cierra el rezo de la Hora nona.
Oremos.
Escucha, Señor, nuestra oración y danos la abundancia de tu paz, para que, por intercesión de la santísima Virgen María, después de haberte servido durante toda nuestra vida, podamos presentarnos ante ti sin temor alguno. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
ConclusiónEn el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.
V.Bendigamos al Señor.
R.Demos gracias a Dios.
Enlaces a las próximas Horas: Oficio de lectura y Vísperas.
I Vísperas (Domingo XXXIII del tiempo ordinario)Las Vísperas se celebran en agradecimiento por cuanto se nos ha otorgado en la jornada y por cuanto hemos logrado realizar con acierto. Habitualmente se celebran al atardecer. Por ser una Hora principal debe dárseles máxima prioridad.Los domingos y las solemnidades tienen dos Vísperas: las I Vísperas, que se celebran el sábado o el día antes de la solemnidad, y las II Vísperas, que se celebran el mismo domingo o día de la solemnidad.
✠Todos hacen la señal de la cruz, desde la frente hasta el pecho y desde el hombro izquierdo al derecho. Invocación inicialEn el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.
V.Dios mío, ven en mi auxilio.
R.Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
HimnoEl himno tiene por fin facilitar el comienzo de la oración.En el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.Si las Vísperas se dicen unidas a otra Hora, en lugar de este himno puede decirse el de la referida Hora; en este caso también se omite el himno de la otra Hora.
Los pueblos que marchan y luchan
con firme tesón
aclamen al Dios de la vida.
Cantemos hosanna que viene el Señor.
Agiten laureles y olivos,
es Pascua de Dios,
mayores y niños repitan:
«Cantemos hosanna que viene el Señor.»
Jesús victorioso y presente
ofrece su don
a todos los justos del mundo.
Cantemos hosanna que viene el Señor.
Resuenen en todo camino
de paz y de amor
alegres canciones que digan:
«Cantemos hosanna que viene el Señor.»
Que Dios, Padre nuestro amoroso,
el Hijo y su Don
a todos protejan y acojan.
Cantemos hosanna que viene el Señor. Amén.
SalmodiaLa salmodia de las Vísperas consta de dos salmos o de dos partes de un salmo más extenso, y de un cántico tomado de las cartas de los apóstoles o del Apocalipsis.En el rezo comunitario los salmos se cantan o recitan bien sea en forma seguida (in directum), bien sea alternando los versos o estrofas entre dos coros o dos partes de la asamblea, o bien sea en forma responsorial.
Ant. 1.Suba mi oración, Señor, como incienso en tu presencia.
Salmo 140, 1-9
Oración ante el peligro«El humo del incienso subió a la presencia de Dios, de mano del ángel, en representación de las oraciones de los santos» (Ap 8, 4).
Señor, te estoy llamando, ven de prisa,
escucha mi voz cuando te llamo.
Suba mi oración como incienso en tu presencia,
el alzar de mis manos como ofrenda de la tarde.
Coloca, Señor, una guardia en mi boca,
un centinela a la puerta de mis labios;
no dejes inclinarse mi corazón a la maldad,
a cometer crímenes y delitos;
ni que con los hombres malvados
participe en banquetes.
Que el justo me golpee, que el bueno me reprenda,
pero que el ungüento del impío no perfume mi cabeza;
yo opondré mi oración a su malicia.
Sus jefes cayeron despeñados,
aunque escucharon mis palabras amables;
como una piedra de molino, rota por tierra,
están esparcidos nuestros huesos a la boca de la tumba.
Señor, mis ojos están vueltos a ti,
en ti me refugio, no me dejes indefenso;
guárdame del lazo que me han tendido,
de la trampa de los malhechores.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.Suba mi oración, Señor, como incienso en tu presencia.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
Ant. 2.Tú eres mi refugio y mi heredad, Señor, en el país de la vida.
Salmo 141
Oración del hombre abandonado: tú eres mi refugio«Todo lo que describe el salmo se realizó en el Señor durante su pasión» (S. Hilario).
A voz en grito clamo al Señor,
a voz en grito suplico al Señor;
desahogo ante él mis afanes,
expongo ante él mi angustia,
mientras me va faltando el aliento.
Pero tú conoces mis senderos,
y que en el camino por donde avanzo
me han escondido una trampa.
Me vuelvo a la derecha y miro:
nadie me hace caso;
no tengo adónde huir,
nadie mira por mi vida.
A ti grito, Señor;
te digo: «Tú eres mi refugio
y mi heredad en el país de la vida.»
Atiende a mis clamores,
que estoy agotado;
líbrame de mis perseguidores,
que son más fuertes que yo.
Sácame de la prisión,
y daré gracias a tu nombre:
me rodearán los justos
cuando me devuelvas tu favor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.Tú eres mi refugio y mi heredad, Señor, en el país de la vida.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
Ant. 3.El Señor Jesús se rebajó; por eso Dios lo levantó sobre todo, por los siglos de los siglos.
Cántico Flp 2, 6-11
Cristo, siervo de Dios, en su misterio pascual
Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios,
al contrario, se anonadó a sí mismo,
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.El Señor Jesús se rebajó; por eso Dios lo levantó sobre todo, por los siglos de los siglos.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
Lectura breve Rm 11, 33-36La lectura breve está señalada de acuerdo con las características del día, del tiempo o de la fiesta. Hay libertad para reemplazar la lectura breve por una lectura bíblica más extensa, apropiada al caso. En la celebración con el pueblo puede añadirse una homilía ilustrativa de la lectura. También puede añadirse un espacio de silencio a continuación de la lectura o de la homilía.
¡Qué abismo de riqueza es la sabiduría y ciencia de Dios! ¡Qué insondables son sus juicios y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién ha conocido jamás la mente del Señor? ¿Quién ha sido su consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que él le devuelva? Él es origen, camino y término de todo. A él la gloria por los siglos. Amén.
Responsorio breveComo respuesta a la palabra de Dios, se ofrece un canto responsorial o responsorio breve, que puede omitirse si se juzga oportuno.
V.Cuántas son tus obras, Señor.
R.Cuántas son tus obras, Señor.V.Y todas las hiciste con sabiduría.
R.Tus obras, Señor.V.Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R.Cuántas son tus obras, Señor.
Cántico evangélicoEl cántico evangélico expresa la alabanza y acción de gracias por la obra de la redención.En el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.
Ant.El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
✠Todos hacen la señal de la cruz, desde la frente hasta el pecho y desde el hombro izquierdo al derecho. Cántico de la Santísima Virgen María Lc 1, 46-55
Alegría del alma en el Señor
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
En lugar de las siguientes preces pueden decirse .
PrecesLas preces de Vísperas son peticiones de intercesión. En el rezo comunitario, durante las preces todos se ponen de pie.
Glorifiquemos a Dios, Padre, Hijo, y Espíritu Santo, y supliquémosle diciendo:
R.Escucha a tu pueblo, Señor.La respuesta R. se repite luego de cada petición.
Padre todopoderoso, haz que abunde en la tierra la justicia
— y que tu pueblo se alegre en la paz. R.
Que todos los pueblos entren a formar parte de tu reino
— y que el pueblo judío sea salvado. R.
Que los esposos cumplan tu voluntad, vivan en concordia
— y que sean siempre fieles a su mutuo amor. R.
Recompensa, Señor, a nuestros bienhechores
— y concédeles la vida eterna. R.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Acoge con amor a los que han muerto víctimas del odio, de la violencia o de la guerra
— y dales el descanso eterno. R.
Movidos por el Espíritu Santo, dirijamos al Padre la oración que Cristo nos enseñó:
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
En lugar de las siguientes preces pueden decirse .
PrecesLas preces de Vísperas son peticiones de intercesión. En el rezo comunitario, durante las preces todos se ponen de pie.
Si se cree oportuno, en estas preces pueden citarse los nombres de algunas personas por las que se quiera orar.
Oremos a Dios, que cuida de todas sus creaturas, y digamos con sincera humildad:
R.Auxilia a tu pueblo, Señor.La respuesta R. se repite luego de cada petición.
Que la Iglesia reúna a todos los hombres en torno a ti. R.
Ayuda a nuestro papa N. R.
Bendice a nuestro obispo N. R.
Dirige tú mismo el trabajo de los ministros de la iglesia. R.
Santifica a los laicos. R.
Ayuda a los encarcelados. R.
Aleja de nosotros los terremotos. R.
Líbranos de una muerte inesperada. R.
Admite a los difuntos en tu gloria. R.
A continuación se dice el Padre Nuestro:
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
OraciónLa oración conclusiva cierra el rezo de las Vísperas.
Señor, Dios nuestro, concédenos alegrarnos siempre en tu servicio, porque la profunda y verdadera alegría está en ser fiel a ti, autor de todo bien. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
ConclusiónEn el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.
Si preside un obispo, un presbítero o un diácono, puede bendecir al pueblo con la bendición solemne:
V.El Señor esté con vosotros.
R.Y con tu espíritu.V.Que la paz de Dios, que sobrepasa todo anhelo y esfuerzo humano, custodie vuestro corazón y vuestra inteligencia en el amor y conocimiento de Dios y de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.
R.Amén.V.La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo ✠Todos hacen la señal de la cruz, desde la frente hasta el pecho y desde el hombro izquierdo al derecho. y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros.
R.Amén.
También puede bendecir al pueblo con la bendición común:
V.El Señor esté con vosotros.
R.Y con tu espíritu.V.La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo ✠Todos hacen la señal de la cruz, desde la frente hasta el pecho y desde el hombro izquierdo al derecho. y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros.
R.Amén.
Si se despide a la comunidad, se añade la invitación:
V.Podéis ir en paz.
R.Demos gracias a Dios.
En el rezo individual o en una celebración comunitaria presidida por un ministro no ordenado, se dice:
V.El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R.Amén.
Enlaces a las próximas Horas: Oficio de lectura y Completas.
CompletasLas Completas cierran la santificación del día. Habitualmente se celebran antes del descanso nocturno.
✠Todos hacen la señal de la cruz, desde la frente hasta el pecho y desde el hombro izquierdo al derecho. Invocación inicialEn el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.
V.Dios mío, ven en mi auxilio.
R.Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Examen de concienciaEs muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga un examen de conciencia.
Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Se examina en silencio la conciencia.
En lugar de la siguiente fórmula penitenciaria puede decirse o .
Fórmula penitenciaria
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
En lugar de la siguiente fórmula penitenciaria puede decirse o .
Fórmula penitenciaria
V.Señor, ten misericordia de nosotros.
R.Porque hemos pecado contra ti.V.Muéstranos, Señor, tu misericordia.
R.Y danos tu salvación.
En lugar de la siguiente fórmula penitenciaria puede decirse o .
Fórmula penitenciaria
V.Tú que has sido enviado a sanar los corazones afligidos, Señor, ten piedad (de nosotros).
R.Señor, ten piedad (de nosotros).V.Tú que has venido a llamar a los pecadores, Cristo, ten piedad (de nosotros).
R.Cristo, ten piedad (de nosotros).V.Tú que estás sentado a la derecha del Padre para interceder por nosotros, Señor, ten piedad (de nosotros).
R.Señor, ten piedad (de nosotros).
AbsoluciónSi preside la celebración un ministro, él solo dice la absolución; en caso contrario, la dicen todos.
V.El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R.Amén.
En lugar del siguiente himno puede decirse o .
HimnoEl himno tiene por fin facilitar el comienzo de la oración.En el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.Si las Vísperas se dicen unidas a otra Hora, en lugar de este himno puede decirse el de la referida Hora; en este caso también se omite el himno de la otra Hora.
Cuando la luz del sol es ya poniente,
gracias, Señor, es nuestra melodía;
recibe, como ofrenda, amablemente,
nuestro dolor, trabajo y alegría.
Si poco fue el amor en nuestro empeño
de darle vida al día que fenece,
convierta en realidad lo que fue un sueño
tu gran amor que todo lo engrandece.
Tu cruz, Señor, redime nuestra suerte
de pecadora en justa, e ilumina
la senda de la vida y de la muerte
del hombre que en la fe lucha y camina.
Jesús, Hijo del Padre, cuando avanza
la noche oscura sobre nuestro día,
concédenos la paz y la esperanza
de esperar cada noche tu gran día. Amén.
En lugar del siguiente himno puede decirse o .
HimnoEl himno tiene por fin facilitar el comienzo de la oración.En el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.Si las Vísperas se dicen unidas a otra Hora, en lugar de este himno puede decirse el de la referida Hora; en este caso también se omite el himno de la otra Hora.
Se inclina ya mi frente,
sellado está el trabajo;
Señor, tu pecho sea
la gracia del descanso.
Mis ojos se retiran,
la voz deja su canto,
pero el amor enciende
su lámpara velando.
Lucero que te fuiste,
con gran amor amado,
en tu gloria dormimos
y en sueños te adoramos. Amén.
En lugar del siguiente himno puede decirse o .
HimnoEl himno tiene por fin facilitar el comienzo de la oración.En el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.Si las Vísperas se dicen unidas a otra Hora, en lugar de este himno puede decirse el de la referida Hora; en este caso también se omite el himno de la otra Hora.
Cristo, Señor de la noche,
que disipas las tinieblas:
mientras los cuerpos reposan,
sé tú nuestro centinela.
Después de tanta fatiga,
después de tanta dureza,
acógenos en tus brazos
y danos noche serena.
Si nuestros ojos se duermen,
que el alma esté siempre en vela;
en paz cierra nuestros párpados
para que cesen las penas.
Y que al despuntar el alba,
otra vez con fuerzas nuevas,
te demos gracias, oh Cristo,
por la vida que comienza. Amén.
SalmodiaLa salmodia de las Completas consta de uno o dos salmos.En el rezo comunitario los salmos se cantan o recitan bien sea en forma seguida (in directum), bien sea alternando los versos o estrofas entre dos coros o dos partes de la asamblea, o bien sea en forma responsorial.
Ant. 1.Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi oración.
Salmo 4
Acción de gracias«El Señor hizo maravillas al resucitar a Jesucristo de entre los muertos» (S. Agustín).
Escúchame cuando te invoco, Dios, defensor mío;
tú que en el aprieto me diste anchura,
ten piedad de mí y escucha mi oración.
Y vosotros, ¿hasta cuándo ultrajaréis mi honor,
amaréis la falsedad y buscaréis el engaño?
Sabedlo: el Señor hizo milagros en mi favor,
y el Señor me escuchará cuando lo invoque.
Temblad y no pequéis, reflexionad
en el silencio de vuestro lecho;
ofreced sacrificios legítimos
y confiad en el Señor.
Hay muchos que dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha,
si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?»
Pero tú, Señor, has puesto en mi corazón más alegría
que si abundara en trigo y en vino.
En paz me acuesto y en seguida me duermo,
porque tú solo, Señor, me haces vivir tranquilo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi oración.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
Ant. 2.Durante la noche, bendecid al Señor.
Salmo 133
Oración vespertina en el templo«Alabad al Señor, sus siervos todos, los que le teméis, pequeños y grandes» (Ap 19, 5).
Y ahora bendecid al Señor,
los siervos del Señor,
los que pasáis la noche
en la casa del Señor:
Levantad las manos hacia el santuario,
y bendecid al Señor.
El Señor te bendiga desde Sión:
el que hizo cielo y tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.Durante la noche, bendecid al Señor.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
Lectura breve Dt 6, 4-7La lectura breve está señalada de acuerdo con las características del día, del tiempo o de la fiesta. Hay libertad para reemplazar la lectura breve por una lectura bíblica más extensa, apropiada al caso. En la celebración con el pueblo puede añadirse una homilía ilustrativa de la lectura. También puede añadirse un espacio de silencio a continuación de la lectura o de la homilía.
Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria; se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado.
Responsorio breveComo respuesta a la palabra de Dios, se ofrece un canto responsorial o responsorio breve, que puede omitirse si se juzga oportuno.
V.En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R.En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.V.Tú, el Dios leal, nos librarás.
R.Te encomiendo mi espíritu.V.Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R.En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
Cántico evangélicoEl cántico evangélico expresa la alabanza y acción de gracias por la obra de la redención.En el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.
Ant.Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
✠Todos hacen la señal de la cruz, desde la frente hasta el pecho y desde el hombro izquierdo al derecho. Cántico de Simeón Lc 2, 29-32
Cristo, luz de las naciones y gloria de Israel
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,
porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos:
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.Si se juzga oportuno, puede omitirse la repetición de la antífona.
OraciónLa oración conclusiva cierra el rezo de las Completas.
Oremos.
Guárdanos, Señor, durante esta noche y haz que mañana, ya al clarear el nuevo día, la celebración del domingo nos llene con la alegría de la resurrección de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
ConclusiónEn el rezo comunitario, durante la invocación inicial todos permanecen de pie.
V.El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R.Amén.
En lugar de la siguiente antífona puede decirse , o .
Antífona final
Madre del Redentor, virgen fecunda,
puerta del cielo siempre abierta,
estrella del mar,
ven a librar al pueblo que tropieza
y se quiere levantar.
Ante la admiración de cielo y tierra,
engendraste a tu santo Creador,
y permaneces siempre virgen.
Recibe el saludo del ángel Gabriel,
y ten piedad de nosotros, pecadores.
En lugar de la siguiente antífona puede decirse , o .
Antífona final
Salve, Reina de los cielos
y Señora de los ángeles;
salve raíz, salve puerta,
que dio paso a nuestra luz.
Alégrate, virgen gloriosa,
entre todas la más bella;
salve, agraciada doncella,
ruega a Cristo por nosotros.
En lugar de la siguiente antífona puede decirse , o .
Antífona final
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra,
Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva,
a ti suspiramos, gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!
En lugar de la siguiente antífona puede decirse , o .
Antífona final
Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios,
no desprecies las oraciones
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro,
oh Virgen gloriosa y bendita.